El Dolor de Espalda
El dolor de espalda
Se han dicho muchas cosas sobre el dolor de espalda. Algunos especialistas recomiendan reposo y otros recomiendan ejercicio. Unos recomiendan estiramientos y otros no los recomiendan. Unos recomiendan masajes y otros lo contraindican. Unos hacen especial hincapié en la postura y otros no le dan ningún tipo de importancia. Unos recomiendan calor otros frío, otros contrastes.
Llegados a este punto hay que decir que cada dolor de espalda es distinto, en primer lugar por la zona donde se produce:
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- Cervicalgia: Dolor en la zona cervical de la columna.
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- Dorsalgia: Dolor en la zona dorsal de la columna.
- Lumbalgia: Dolor en la zona lumbar de la columna.
En segundo lugar por sus causas. Este apartado es un poco más complejo dado que las causas pueden ser muchas. Algunas de las más frecuentes son las siguientes:
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- Lesiones discales
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- Contracturas o tensión muscular
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- Traumatismos
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- Infecciones
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- Enfermedades degenerativas
- etc…
El dolor de espalda puede también acompañar, aunque no siempre a las siguientes circunstancias:
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- Escoliosis
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- Espondilolistesis
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- Artritis
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- Embarazo
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- Algunos problemas de órganos internos
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- Infecciones
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- Fibromialgias
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- Determinados trabajos
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- Sedentarismo
- etc…
¿Qué hacer?
En general podemos decir que la prevención del dolor de espalda pasa por algunas recomendaciones como las siguientes:
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- Hacer ejercicio regularmente
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- Hacer estiramientos
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- Mantener un peso saludable
- Mantener una buena postura
A estas recomendaciones generales hay que hacer varias puntualizaciones.
Cada caso es tan particular que hay que valorar muy exhaustivamente cada una de las recomendaciones en cada caso.
En muchas ocasiones se recomienda nadar a una persona con problemas de espalda, pero en pocas ocasiones se le pregunta si sabe nadar realmente bien, si sabe cómo hay que sacar la cabeza para respirar para no hacerse daño en el cuello, o incluso si le gusta nadar. En ocasiones para algunas personas nadar es tan estresante que llega a resultar contraproducente o sencillamente no lo hacen, y podrían estar haciendo otro ejercicio que sí les gusta, pero como la recomendación fue nadar, sin alternativas, finalmente no hacen nada.
Por eso hay que valorar la recomendación de hacer ejercicio regularmente en cada caso, porque no todos los tipos de ejercicio, ni todas las intensidades serán recomendables para todos los casos.
En cuanto a hacer estiramientos puede ocurrir exactamente lo mismo. Esa persona en concreto ¿sabe estirar?, si sabe cómo es la posición de estiramiento ¿sabe lo que debe y lo que no debe sentir? En muchas ocasiones se le da a la persona una hoja de estiramientos sin haberle explicado bien cómo es el ejercicio, qué debe esperar sentir (he visto hojas de estiramientos que parecían dibujadas por un niño pequeño) y qué no deben sentir para parar enseguida si lo notan.
El apartado del peso es también bastante controvertido, porque, según uno vaya a una tabla u otra el “peso ideal” cambia bastante, y por lo general suele ser bastante bajo. Estas tablas muchas veces no tienen en cuenta la constitución de la persona ni la densidad ósea, etc. Aunque últimamente han mejorado mucho, incluyendo cada vez más variables para ser cada vez más exactas, también adolecen de una valoración a la baja en cuanto al peso corporal. Quizá debido a que actualmente es más frecuente el sobrepeso en el mundo occidental, estamos quizá apuntando demasiado bajo. Esto por otro lado hace que la persona incapaz de llegar a ese peso pueda llegar a frustarse y abandonar su intento de bajar de peso.
La última recomendación de mantener una “buena postura” en los últimos tiempos ha sido abordada desde distintas perspectivas. Ésta es quizá la recomendación en la que más especialistas coinciden en cuanto a la forma de ejecución. Existen completísimos cursos sobre posturología que aclaran de manera bastante nítida qué posturas son convenientes y sobre todo cuales son inconvenientes. Sin embargo y a pesar de esto, es una de las recomendaciones que menos se siguen debido a su dificultad. Siempre se suele acabar en la postura menos recomendada al cabo de un rato. Lo cierto es que su dificultad está relacionada con las dos primeras recomendaciones, hacer ejercicio y hacer estiramientos. Mientras más hagamos las dos primeras más fáciles, de hecho, nos resultarán las dos segundas.
Bibliografía
1.- Instituto Nacional de Atritis y Enfermedades Músculoesqueléticas(EEUU).
2.- African Journal of Primary Health(South Africa).
3.- Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU(EEUU).
4.- American College of Rheumatology(EEUU).
5.- National Institute of Neurological Disorders and Stroke(EEUU).